RSE : QUEREMOS UNA PUBLICIDAD QUE RESPETE A
Por Kalena de Velado Consultora de Etiqueta e Imagen, Columnista de
En los últimos días han circulado correos electrónicos expresando profundo desasosiego acerca del retrato degradante e indigno de la mujer que presenta una cadena de tiendas de zapatos en “mupis”, vallas y comerciales televisivos. Me uno a este clamor de malestar que desde hace meses escucho en variados y distintos ámbitos de la sociedad.
Me parece que presentar una mujer como un ser envidioso, violento, motivado por los celos, no aumenta el nivel de ventas como tampoco lo es presentarla como un producto comercial que se puede enseñar con poca ropa. Ambas actitudes la rebajan a la categoría de “cosa”, deseable de poseer, dominar, usar y tirar. Ante este tipo de anuncios uno se pregunta: ¿Se mejoran las relaciones de paz entre los sexos al utilizar en la publicidad el cuerpo de la mujer de forma erótica o denigrante o se promueve el sentido de dominio y posesión?
Todavía existe una minoría de publicistas, hombres y mujeres, que no se han dado cuenta de que la responsabilidad social empresarial invita a colaborar activamente al desarrollo de los pueblos. Todavía existen unos pocos que presentan a sus clientes caminos ya desechados por los más creativos, empeñándose en convencerlos de que vende más asociar láminas y mujeres; licor y desnudos; glúteos y productos de belleza o de reducción de peso. ¿Qué de bueno ha traído a la sociedad salvadoreña enseñar el cuerpo de la mujer, aunque sea bello, para reducir la violencia sexual? ¿Es correcto que estén imágenes denigrantes anunciadas en medios que no discriminan el público y que por lo tanto serán vistas por niños y niñas? Las vallas publicitarias y los anuncios de televisión son vistos durante el día por toda la familia.
Ya antes he señalado que en el país existe una elevada calidad de creatividad publicitaria, así como un alto sentido de responsabilidad y calidad humanas en el gremio, de tal forma que se cuenta con un código de ética publicitaria que ayuda a la autocensura e invita a ser conscientes del poder de la publicidad. No hay que olvidar que los medios de comunicación y la publicidad que los usa como vehículo poseen una poderosa fuerza de persuasión, modeladora de actitudes y comportamientos en el mundo de hoy.
La publicidad tiene un profundo impacto en cómo las personas entienden la vida, el mundo y a sí mismas, especialmente en cuanto a sus valores, modos de elección y comportamiento. La publicidad, como los medios de comunicación en general, puede ser un espejo que refleja los valores y las actitudes del pueblo, pero también debe ser un espejo que ayude a dar forma a la realidad en vez de ofrecer una imagen de la misma deformada. Los empresarios y las publicidades, guiados por normas morales y una alta sensibilidad social, tienen la posibilidad de elegir fomentar valores y actitudes más humanas, que no sean la sexual, la avaricia, la envidia o los celos.
La nueva generación de empresarios generalmente son respetuosos de lo que sus consumidores finales piensan. Por eso, cuando una campaña de publicidad de sus productos o servicios crea anticuerpos o malestar en un sector de la población, actúan como ciudadanos responsables y retiran lo que motivó las quejas.
La publicidad no es todo. Se requiere del acto libre de la voluntad de compra del consumidor, el cual tiene la última palabra. Tiene el poder de no comprar los productos cuya publicidad es poco ética, explota a la mujer o es chocante.
Para seguir leyendo y otros artículos interesantes ir a:
http://www.laprensagrafica.com/opinion/507278.asp
RSE: Saludos Rodrigo González Fernández, respsoem.blogspot.com; consultajuridica.blogspot.com