lunes, junio 26, 2006

RSE: ARGENTINA

EN LA JEFATURA DE GOBIERNO

Cerruti convoca a organizaciones voluntarias

 

La titular del Ministerio de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti, encabezará una convocatoria a todas las organizaciones que trabajen con voluntariado. "La intención es promover la participación ciudadana", aseguró el subsecretario de Gestión Social y Comunitaria, Kochy Guchea

La Dirección General de Promoción del Voluntariado y la Sociedad Civil que depende del Ministerio de Derechos Humanos y Sociales del Gobierno de la Ciudad convoca a "organizaciones de la sociedad civil (OSC)" porteñas con el objetivo de "promover la participación ciudadana, el voluntariado y el fortalecimiento de la sociedad civil" afirmó Kochy Guchea.

La convocatoria se hará pública este jueves 29, a las 15:30, en el microcine de la Jefatura de Gobierno capitalina. Allí estará presente la ministra del gabinete porteño, Gabriela Cerruti, junto a los más cercanos de sus colaboradores.

La idea es que se presenten proyectos de capacitación, investigación y/o producción que aborden las temáticas: formación de voluntarios y coordinadores, voluntariado en emergencias y gestión de riesgo, en difusión de derechos, en mujer y género, niñez, juventud, tercera edad, discapacidad y en salud; y la responsabilidad social empresarial con OSC y la recaudación de fondos.

La recepción de proyectos es hasta el 31 de julio. Las bases y condiciones se pueden consultar en www.buenosaires.gov.ar/voluntariado, o llamando al 4331-8955, según informó la Subsecretaría de Gestión Social y Comunitaria .

Saludos Rodrigo González Fernández, respsoem.blogspot.com

Ensayo acerca de la postura intelectual de Emeterio Gómez ante la responsabilidad moral de la empresa en el Sistema Capitalista

OPINION  EN RSE : La responsabilidad moral en el capitalismo global
Ramón E. Azócar A.

  Lunes, 26 de junio de 2006

…Lo esencial del hombre, lo que lo hace humano
es la libertad…
Emeterio Gómez

1.-

El estudio de la Responsabilidad Moral en el marco de una sociedad capitalista, es ya un reto de redefinición y contrastes. No es sólo mantener el estudio en la complejidad de objetivos perceptúales, sino ahondar en los aprehensivos, comprehensivos e integrativos, para alcanzar una visión integral del problema y de su significado en el contexto sociopolítico de la Venezuela dinámica y cambiante de los últimos siete años.

El esfuerzo de Emeterio Gómez en su obra “La responsabilidad Moral de la empresa capitalista” (editado en Caracas por CEDICE, econoinvest-casa de cambio y Fundación Valle de San Francisco, 2005), es valioso tanto y en cuanto muestra el problema, pero la búsqueda de significados e interrelaciones del mismo en el contexto del capitalismo global, no queda claro, menos aún solucionado. Si una frase resume el libro de Gómez sería: “Emeterio, me has dejado preocupado”.

Es pertinente decir que el abordaje de Emeterio Gómez no nos convence; no termina de centrar el problema, puesto que su intento por desprenderse en momentos de su enfoque positivista, lo hace palidecer en el modelaje de algunas ideas. Y en un aspecto que chocamos con el autor es en su concepción de sinónimos entre ética y moral; pensamos que era un recurso pedagógico para motivar al lector a reelaborar sus mapas conceptuales en razón del tema, pero nos resultó que es una concepción particular del autor en cuanto a cómo concibe el aspecto moral en el marco funcional de la empresa capitalista. En este aspecto discrepamos con él y lo fundamentamos en razón de que la ética está separada, en lo que a la estructura organizacional se refiere, de la moral. Y es necesario que se mantenga separada.

En la visión esquemática de las dimensiones básicas del ser humano, Gómez presenta un cuadro interesante en el que contrasta el “ser natural” del “ser humano”, dándole al primero la potestad de la lógica, que es lo que lo hace racional, y al segundo la potestad de la ética que es lo que lo hace humano. Y en éste último punto culmina la relación del cuadro esquemático relacionando esa ética con “Lo que nosotros le imponemos a la realidad”, pero no aparece por ninguna parte del esquema a qué realidad se está refiriendo el autor. Y es donde le responderíamos: esa realidad es la moral.

Si bien los ejemplos en la propuesta de Emeterio Gómez son reiterativos de posturas cotidianas ante el tema de la moral, se aprecia contradicción cuando se dice: “El problema de la Moral no atañe simplemente al tener principios y valores, sino a la idea básica de ¿cuánta fuerza espiritual tienes para imponer -o imponerte a ti mismo- tus valores? Y el tamaño de esa fuerza guarda una estrecha relación con el tamaño de la presión que la realidad ejerce sobre nosotros”. Y en otro aparte expresa: “La Ética tiene sentido mientras usted tiene posibilidades de imponerse por sí mismo sobre el vicio…o sobre la realidad”.

Entonces: ¿no es confuso hablar de fuerza espiritual y de un ejercicio de la realidad propio de cada persona y a su vez determinar que esa misma persona se impone sobre la realidad en un acto de superación personal? Es evidente que por mucho que se aprecia el interés de Gómez por definir los parámetros en los cuales se mueve la moral en su relación con las personas, persiste indefinición e inexactitud en la consideración de los principios y valores, puesto que no se aclara si son el producto de una imposición o de la presión que la realidad ejerce sobre nosotros.

En lo que si coincidiríamos con Gómez es que: “¡¡Cuando hay razones poderosas para hacer o no hacer algo, la Ética no juega ningún papel, se queda completamente fuera de juego!! Tanto es así, que cuando hay razones poderosas para hacer algo y no lo hacemos, es fácil comprender que estaremos, no ante un acto inmoral, sino más bien ante uno de carácter irracional. NO ante una inmoralidad, sino ante algo mucho peor, ante el acto de un loco, de alguien que ha perdido la razón”.

Y es que este punto de vista afianza nuestra percepción de que la ética es una conducta humana personal, la cual se asume o no, pero no por ello determina la moral en una organización o sociedad. La moral, en el caso de las organizaciones, entiéndase como base ontológica de la cultura organizacional, nos remite a un colectivo, a un consenso que se asume y que, al igual que en los paradigmas, tiene una vigencia limitada y tiende a ser sustituido por nuevos puntos de vistas consensuados.

Si una persona decide “no actuar” ante hechos o situaciones puntuales, por supuesto que no hace uso de ética alguna, es su decisión de “no actuar” la que se impone, y ello está en su derecho, tiene potestad para asumir esa posición, pero a su vez está infringiendo un deber: “la responsabilidad de tomar una decisión”. En este punto, al ser la toma de decisión una responsabilidad compartida por las personas que en consenso han asumido una moral pública, el acto de “no actuar” se torna ético al influir en el ejercicio de la toma de decisión, la cual es “responsabilidad” de la persona que decide.

Para seguir leyendo el artículo completo ir a:

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/7677182.asp

Saludos Rodrigo González Fernández, respsoem.blogspot.com