La Comunidad recicla cada año más de 8.200 toneladas de aceites y grasas comestibles procedentes de empresas hosteleras o domicilios particulares. De esta forma previene el daño al medio ambiente que significaría su vertido a través de los desagües y convierte en fuente de energía lo que de otra forma no sería sino un residuo, puesto que lo transforma en biodiésel.
Así lo ha expresado la directora general de Evaluación Ambiental, Lourdes Martínez, durante una visita al Punto Limpio de Collado Villalba, "el aumento de puntos limpios donde se puede depositar el aceite ha provocado un ascenso, desde el año 2008, del 9,4% de las cifras de recogida". De hecho, el Gobierno regional ha cofinanciado en los últimos años la construcción de 85 puntos limpios, lo que ha permitido que el 70% de los municipios de más de mil habitantes cuenten con al menos una de estas instalaciones.
Cada día en los hogares y en los establecimientos hosteleros se generan residuos que, sin tener la consideración de peligrosos, requieren un especial tratamiento para evitar la contaminación de las aguas. Es el caso de los residuos de aceites y grasas comestibles, residuos que si son vertidos a través de los desagües, además de contaminar las aguas, dificultan el funcionamiento de las plantas depuradoras, por lo que es precisa su recogida selectiva.
Además, los residuos de aceites y grasas comestibles pueden ser reciclados y trasformados en combustible -biodiésel-, contribuyendo así a evitar los efectos negativos que sobre el medio ambiente provoca su vertido incontrolado, al mismo tiempo que permite la reducción del consumo de combustibles fósiles en la medida en que son recuperados.
Distintos canales de gestión
El sistema de gestión de estos residuos se inicia mediante la entrega, por parte de los establecimientos hosteleros, a instalaciones de gestión de residuos autorizadas, mientras que, para los procedentes de los domicilios particulares, los ciudadanos tienen como principal opción, según las ordenanzas municipales de su localidad, su entrega en los puntos limpios, instalaciones en las que los ciudadanos pueden depositar un amplio abanico de residuos generados en los hogares.
El aceite recogido en los puntos limpios, que también se envía a una instalación de gestión de residuos autorizada, asciende anualmente a un total de 412 toneladas, correspondiendo al Ayuntamiento de Madrid 231 y 181 al resto de municipios.
La principal salida para el residuo obtenido de este proceso es la producción de biodiésel. Los canales de recogida establecidos por el Ejecutivo regional garantizan una gestión adecuada de estos residuos que se generan cada día en nuestros hogares y establecimientos, lo que redunda en un beneficio al medio ambiente y facilita la generación de una fuente de energía.