La (IR)responsabilidad social empresarial como (DES)ventaja competitiva
Bastante literatura académica y empresarial nos muestra las ventajas de adopción y aplicación de políticas basadas en la responsabilidad social. La atención en los ámbitos internos y externos de las empresas se realizan (supuestamente) para resguardar los múltiples intereses de todos los stakeholders. Este justo equilibrio es, a mi parecer, la clave para asumir en propiedad criterios de responsabilidad social.
Las empresas deben comprender a cabalidad que la responsabilidad social no es una moda, no es marketing y no es acción social. Es mucho más, es un modelo y una filosofía que debe institucionalizarse tanto interna como externamente para ser sostenible y, en breve, convertirse en una ventaja competitiva que aporte valor a la organización.
Sin embargo, hemos visto muchos casos de empresas que asumen posturas distantes y alejadas de criterios éticos, sociales y/o medioambientales. Esta situación las hace muy sensibles y vulnerables al escrutinio público y, por ende, arriesgan obviamente el cumplimiento de su misión institucional.
Estas empresas, en una primera aproximación, entran en el ámbito de irresponsables socialmente; quizá se mueven a propósito y conscientes que esta situación les generan utilidades mayores y cumplen de esta forma con las expectativas de los accionistas. Quizá sea esta su opción. No obstante, creemos que esta opción tan de corto plazo tarde o temprano las llevará a lograr un fin no deseado y convertir esa “mala opción” en una clara desventaja competitiva.
¿Cree usted que