El hombre que convirtió desechos de agave en energía
Dejó su carrera y vendió su casa para convertirse en pionero del biocombustible en México. Hoy fabrica carbón orgánico a partir del bagazo del agave, un producto más barato y ecológico, y que busca exportar a Europa y Estados Unidos.
Roberto Arteaga
Un hombre abandonó su trabajo y vendió su casa para dar vida a un negocio inexistente en México. Xavier Villaseñor Pérez Verdía fue ingeniero civil por más de 25 años, pero un buen día decidió incursionar en la producción de energías renovables a partir de los desechos del agave. Aunque su familia lo tachó de loco, él fundó Carbon Diversion América Latina.
La fabricación de briquetas y pellets, combustibles sólidos de forma cilíndrica con un alto potencial calorífico, elaboradas a partir del bagazo de agave que se genera en la industria tequilera, fue el negocio que Xavier emprender durante 2010. Así, se convirtió en pionero de los biocombustibles en México.
"Nosotros somos los primeros empresarios mexicanos que en nuestro país desarrollamos este tipo de biocombustibles a partir de biomasas, y estamos muy contentos porque creemos que nos va ir bien", dice Xavier Villaseñor, director de Carbon Diversion.
Pérez Verdía busca atraer más inversión presumiendo dos ventajas de sus productos: el ahorro que representa el uso de biocombustibles frente a los energéticos convencionales y la reducción de contaminantes por la descomposición de los desechos sólidos con los cuales se elabora el tequila.
Quemar las naves
Un viaje por Amatitan, Jalisco, en 2006, hizo que Xavier Villaseñor observará las materias primas que se desperdiciaban en el proceso de la generación del tequila, hecho que le hizo cuestionarse cómo podrían ser aprovechados los residuos de esa industria.
"Me llamó la atención ver cómo toda esa materia prima era abandonada en los campos sin mayor uso y, dada la complejidad del gabazo para ser usado en algo, era el reto de poderlo transformar en algo útil y, pues observando y poniéndome a estudiar, nos decidimos a transformarlo en biocombustible", cuenta.
Fue así que ese mismo año el empresario decidió inscribirse en una maestría especializada en energías renovables, donde se le abrieron los ojos sobre el potencial que tienen los biocombustibles.
Después de ejercer la carrera de ingeniero civil durante 25 años y haber trabajado en su propio negocio de fabricación de materiales de construcción, Xavier decidió alejarse de lo que hacía para emprender un viaje por diversas regiones de América Latina para conocer más sobre la aventura que emprendería.
Al regreso de su viaje, convencido de su idea, después de observar el desarrollo de los biocombustibles en otros países, como Brasil, Villaseñor exploró la posibilidad de obtener fondos gubernamentales para emprender un proyecto que nadie en el país había intentado antes.
"Lo que hicimos nosotros fue poner los ojos en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y vimos que podíamos hacer una patente, entonces nos pusimos a ver cómo le hacíamos sin contratar gente", comenta Xavier Villaseñor.
A pesar de haber obtenido algunos recursos para iniciar el nuevo negocio, el empresario tendría que hacer grandes sacrificios junto con su familia para conquistar el "sueño" que visualizó.
Fue el momento de 'quemar las naves' como lo había hecho Hernán Cortés durante la Conquista de México entre 1519 y 1521, para evitar dar marcha atrás al proyecto, comenta el empresario tapatío.
Así que después de haber sido tachado de loco por su familia, vendió su casa para obtener el dinero que le hacía falta e invertirlo en investigación sobre biocombustibles, así como en la compra de la tecnología necesaria para procesar el bagazo de agave. Esta vez no había marcha atrás para el proyecto.
Del sueño a la realidad
Con los recursos obtenidos por parte de Conacyt y la venta de su casa, el sueño se convirtió en realidad.
A principio de 2007, la planta de Carbon Diversion abrió sus puertas en Jalisco, para recibir el bagazo, la hoja y la piña del agave que desechaba la industria del tequila y transformarla en combustible orgánico.
Mientras que en otros países ya se utiliza este biocombustible, Villaseñor Pérez, hizo historia al fabricar las primeras briquetas y pellets que podrían sustituir la quema del carbón fósil, lo cual traería beneficios ecológicos y la reducción en los costos para las industrias.
Las oportunidades para que prospere la empresa son "grandes", dice, ya que el potencial de los residuos sólidos de la industria tequilera así lo permiten: la generación anual del bagazo en México se calcula en 648,000 toneladas.
Pero la tecnología no sólo se encuentra disponible para las grandes industrias, sino también tiene para uso doméstico, como es el caso del uso en las parrillas para asar carne.
Los carbones orgánicos que desarrolla la empresa de biocombustibles pueden llegar a ser más competitivos en sus costos: mientras que el carbón fósil tiene un costo de 37 pesos por una bolsa de 4 kilos, las briquetas alcanzan un costo de 10 pesos por la misma cantidad.
El mercado internacional de briquetas y de pelets anualmente genera 6.5 millones de toneladas que se concentran en Europa y países desarrollados en uso de biocombustibles como Canadá, Estados Unidos y Brasil.
Búsqueda de inversionistas
La principal apuesta de Carbon Diversion en este momento está centrada en la exportación de sus productos a las regiones del planeta en donde estas tecnologías son aplicables, como es el caso de Europa. Sin embargo, no dejan de lado introducir el producto en Estados Unidos y negocian la exportación a Inglaterra, Ucrania, Polonia y Japón, ya que son países que se encuentran interesados en el tema de las energías renovables.
Mientras tanto, la empresa continúa con la investigación en el desarrollo de nuevos insumos que puedan utilizarse en la elaboración de las briquetas y pellets a partir del henequén o de residuos de excretas del ganado.
En los próximos 18 meses la compañía busca replicar su primera planta en varias regiones de Jalisco, y analizan la posibilidad de instalarse en los próximos años en Michoacán, Guanajuato, Nayarit y Oaxaca.
Sin embargo, sólo hay un obstáculo para que la empresa prosiga con sus planes, confiesa Xavier Villaseñor: la suma de más inversionistas en el proyecto.
Después de que Carbon Diversion ganó el Cleantech Challenge 2011, la compañía confía en hallar inversiones sustentables, una de las promesas que tiene el certamen en México.
Convencido del futuro provechoso de los biocombustibles en México, el empresario no se desanima y confía en el futuro de la empresa: "Es un mercado latente que tenemos que conquistar. Este proyecto no tiene marcha atrás".
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
- PUEDES LEERNOS EN FACEBOOK
CEL: 93934521
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación y consultoría en GERENCIA ADMINISTRACION PUBLICA -LIDERAZGO - GESTION DEL CONOCIMIENTO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – COACHING EMPRESARIAL-ENERGIAS RENOVABLES , asesorías a nivel nacional e internacional y están disponibles para OTEC Y OTIC en Chile