CONSUMIDORES EN EE.UU. CONSIDERAN LA ÉTICA Y
(ESTÁN DISPUESTOS A PAGAR MÁS POR PRODUCTOS QUE NO PERJUDICAN
Por Stephen Kaufman el Servicio Noticioso desde Washington
Washington -- Los estadounidenses, al preocuparse más y más por la salud,
el medio ambiente y el trato que se da a los trabajadores y animales
involucrados en la producción de alimentos, ya no compran sus comestibles
basándose simplemente en el precio más competitivo.
Durante la década pasada, se ha registrado un aumento en la cantidad de
estadounidenses que se preocupan por la ecología y que estando dispuestos a
"votar" con sus dólares por productos y comercios más responsables, apoyan
las inquietudes éticas y de salud a expensas de sus bolsillos.
Los jóvenes estadounidenses parecen ser los que lideran la tendencia ética
de los consumidores. El Instituto de Mercadotecnia de Comestibles (Food
Marketing Institute), en su estudio titulado U.S. Grocery Shopper Trends
2005 (Tendencias en la compra de alimentos en EE.UU. en 2005), analizó las
preferencias en las compras realizadas por personas de varios grupos de
edad e ingresos, y descubrió que aquellos que están por alcanzar la edad de
ingresar en la universidad y la fuerza laboral (los nacidos entre 1981 y
1990) son "más propensos que ninguna otra generación a efectuar sus compras
en tiendas de productos comestibles naturales u orgánicos".
Según el estudio, al considerar sus preferencias en comestibles, esta
generación de estadounidenses tiende a atribuir más importancia que las
otras a tener "una buena selección de alimentos naturales u orgánicos".
Sorprendentemente, el estudio reveló que aunque estos productos son más
caros, hasta aquellos que ganan menos de 15.000 dólares por año están más
inclinados que el comprador medio a comprar en las tiendas de productos
comestibles orgánicos o naturales. El estudio indicó también que los
compradores radicados en ciudades, y aquellos que viven en los estados en
el oeste del país, son más propensos que otros a frecuentar estas tiendas.
En un artículo publicado por la revista WIRED en su número de mayo, el
redactor y consultor comercial Daniel Pink indicó que muchos de estos
clientes conscientes del medio ambiente incluyen en sus decisiones de
compra el lugar de donde vino el producto, cómo ha sido producido y quién
tuvo algo que ver en producirlo.
"En un mundo inundado de opciones pero receloso de un capitalismo
interesado solamente en las ganancias, muchos compradores están dispuestos
a pagar más por conocer el origen de los ingredientes y las prácticas
empleadas en la cadena del abastecimiento", dijo Pink, agregando que la
creciente demanda estimulará una mayor producción y hará que los productos
sean más alcanzables aún.
EL ALIMENTO ORGANICO ES UN SEGMENTO CRECIENTE DE
El crecimiento de la industria de los alimentos orgánicos en los Estados
Unidos, que ofrece productos cultivados sin usar pesticidas o herbicidas
químicos que en algunos casos pueden perjudicar el suelo y el medio
ambiente, ilustra el surgimiento del consumismo "ético". Según la
asociación del ramo Organic Trade Association, la venta de productos
orgánicos en Estados Unidos ascendió a 12.700 millones de dólares en 2004,
continuando la ininterrumpida tasa de crecimiento anual del 20 por ciento
que viene registrándose desde 1993. La asociación pronostica que de
continuar esta tendencia las ventas anuales ascenderán a 32.000 millones de
dólares en 2009.
Un artículo publicado en el periódico de
Chesapeake informó en marzo que la demanda en los Estados Unidos ha crecido
tan rápidamente que se gasta ahora más de 1.000 millones de dólares
anualmente en importaciones de alimentos orgánicos, siendo al presente la
relación entre los productos importados y los exportados de
Bob Atwood, gerente general de Takoma Park-Silver Spring Food Co-op, en
Maryland, indicó que el sector de los alimentos orgánicos y naturales es
"la única parte de la industria de los comestibles que está creciendo", y
que este crecimiento ha empujado a las cadenas de tiendas de comestibles y
a corporaciones como Wal-Mart a "unirse a los ganadores" y agregar
productos orgánicos a sus inventarios.
Atwood, cuya tienda se especializa en alimentos orgánicos y dietéticos,
atribuye a la educación el crecimiento registrado en este sector. La gente
se está dando cuenta de la conexión que existe entre los alimentos que
elige y el mantenimiento del medio ambiente, así como de su salud, dijo.
"Se ha operado un cambio porque hay más educación ahora, más pruebas... que
en el pasado".
Se comprobó que algunos pesticidas usados en la agricultura convencional
dañaban la calidad del suelo y la retención del agua y reducían la
diversidad biológica. Las granjas de cultivos orgánicos típicamente
utilizan menos fertilizantes y energía que las granjas convencionales.
Además, hay quienes cambian a comestibles orgánicos por razones de salud,
para limitar la ingestión de pesticidas, debido a que les preocupan los
agregados usados para la preservación y elaboración y porque los consideran
de mejor sabor.
LA DEMANDA DE PRODUCTOS ANIMALES ELABORADOS EN FORMA MAS HUMANA
Aquellos que han decidido renunciar a la carne, los productos lácteos o los
huevos y que muchas veces, por razones de ética, consumen una dieta
vegetariana o estrictamente vegetal (vegana), han visto un aumento en el
número de productos de la soja cultivada orgánicamente, como el tofu y la
leche de soja.
Pero las frutas y los vegetales orgánicos no son los únicos productos cuya
popularidad está aumentando. A muchos clientes que consumen productos
animales les preocupan las técnicas agrícolas intensivas, no sólo por temor
a enfermedades como la de la vaca loca o las causadas por la exposición
excesiva a antibióticos y a hormonas del crecimiento, pero también porque
creen que algunas de las técnicas son crueles. Estas preocupaciones han
dado lugar a la aparición de productos de "pradera libre", con los que el
agricultor debe certificar que los animales han tenido un acceso
considerable al pastoreo y que son alimentados con productos saludables
como el pasto o el trigo orgánico.
Dijo Atwood que las carnes de pradera libre vendidas en su tienda son mucho
más caras que las carnes vendidas en el supermercado de la competencia pero
que los clientes están dispuestos a pagar el precio más alto.
"La gente quiere saber que a los animales se los trata bien, que están en
las praderas como en los días de antaño, pastoreando y viviendo una vida
regular", dijo. Agregó que hay presión para asegurar que se mate a los
animales tan humanamente como sea posible. Algunas haciendas respondieron
matando a los animales en el lugar en vez de transportarlos hacia mataderos
industriales.
Samantha, que hace sus compras regularmente en el almacén Takoma
Park-Silver Spring Food Co-op, dijo que cuando compra un producto elaborado
por una compañía que considera la salud y los factores medioambientales en
lugar de considerar a su competidor, la "sociedad anónima que vende
productos elaborados en masa, demuestro mi apoyo a la manera más
responsable de hacer negocios".
Samantha cree a medida que más y más personas siguen su ejemplo y esas
empresas producen mayores ganancias, los competidores cambiarán sus maneras
de trabajar por temor a perder ingresos.
"¿Es así como se supone que funcione el sistema del mercado, verdad"? dijo
Samantha.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
Saludos desde Washington, Rodrigo González Fernández,
www.consultajuridica.blogspot.com