Una encuesta del BID revela las principales prácticas que el sector financiero lleva adelante en materia de responsabilidad social y ambiental, y gobierno corporativo. Una guía para saber cómo evoluciona esta industria.
Si hay un sector de la economía al que tradicionalmente se lo asoció con la búsqueda exclusiva de ganancias, siguiendo a rajatabla a Milton Friedman, es la industria financiera. Sin embargo, tal como revela la reciente encuesta realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 55 bancos de 19 países de América latina y el Caribe, los beneficios económicos no son el único fin perseguido por este sector. Lentamente, la industria está comenzando a preocuparse también por sus impactos sociales y ambientales, puertas adentro y afuera de sus organizaciones.
Justamente este objetivo es el que persigue el programa beyondBanking, motorizado por el BID y en el marco del cual se realizó este primer estudio regional. Nuestro interés es que los bancos de la región empiecen a integrar los valores de la sostenibilidad en la propia estrategia del negocio para hacer de ello una ventaja competitiva. El escenario ideal sería aquel en el que no se hable más de RSE o sostenibilidad, porque las prácticas sostenibles y responsables estén integradas en su hacer del día a día, como el propio ADN de los bancos , sueña Gema Sacristán, coordinadora del programa.
Aunque aún falte mucho para lograr ese ideal y la industria todavía se ubique por detrás de otros sectores en materia de sustentabilidad, hay luz al final del túnel. Cada vez son más los bancos que empezaron a tomar en serio su responsabilidad social y ambiental, y de gobierno corporativo, tal como evidencia el sondeo del BID, que incluyó en la muestra a 22 instituciones de México, América Central y el Caribe; 15 de los Países Andinos y 18 del Cono Sur.
Verde que te quiero verde
En materia ambiental, por ejemplo, el 62% de las entidades encuestadas usa estándares sociales y ambientales, a la hora de evaluar el otorgamiento de préstamos. Y el 29% firmó los Principios de Ecuador, que garantizan el uso de estos criterios para operaciones de Project Finance. Aunque, claro está, las posibilidades son todavía más ambiciosas. Como regla general, diría que al día de hoy las acciones que está llevando a cabo la banca en Latinomérica Caribe son más pasivas que activas. Más centradas en el análisis de riesgos ambientales y el cumplimiento normativo, que orientadas a buscar nichos de mercado y oportunidades de negocio verde , precisa.
Además, la encuesta del BID reveló que el 36% de los bancos sondeados cuenta con programas para reducir las emisiones directas de gases de efecto invernadero y el 16% tiene iniciativas para incrementar el uso de energías renovables dentro del banco.
El reporte también muestra diferencias sutiles entre las tres regiones sondeadas. La tendencia verde en el Cono Sur, por ejemplo, parece ser mayor. Superó a sus pares en materia de incorporación de criterios ambientales en las decisiones de compra (ocho bancos del Cono Sur, contra seis de cada una de las otras dos regiones) o de la existencia de una política ambiental (14 entidades versus ocho en los otros dos casos). Sin duda, hay algunos países que tienen un marco regulatorio más favorable a algunos temas verdes, como las energías renovables, y que, además, cuentan con un sector privado más desarrollado , explica la ejecutiva del BID.
El desempeño social
Pasando al plano social, dentro de la triple línea de resultados, el estudio también aborda distintas cuestiones que incluyen temáticas vinculadas al personal, como la libertad de asociación, y también a clientes y proveedores.
Si de empleados se trata, el 76% de los bancos tiene políticas sobre la eliminación de la discriminación. Además, el 42% cuenta con iniciativas para incrementar la diversidad en el lugar de trabajo, una temática en crecimiento en la mayoría de las industrias. En temas sociales, el Cono Sur destaca frente a otras zonas de la región, en cuanto a las políticas de eliminación de la discriminación y la diversidad entre sus empleados , detalla la responsable del programa beyondBanking del BID.
El trabajo en la cadena de valor, en cambio, parece estar menos desarrollado. Si bien el 60% posee políticas sobre las condiciones laborales de los contratistas y proveedores del banco, apenas el 24% tiene iniciativas concretas para evaluar el cumplimiento de los estándares sociales en la cadena de suministro. Sacristán analiza el tema: Se están haciendo algunas acciones desde el punto de vista de compras y proveedores, muy unidas al cumplimiento de estándares laborales, quizás intentando evitar un posible problema reputacional de los bancos. Lo que falta es que sea una tercera parte quien evalúe que esas políticas se estén cumpliendo.
El trabajo en la base de la pirámide aparece en el estudio del BID como una temática creciente: el 55% desarrolla acciones para promover el acceso a servicios financieros para personas desfavorecidas. Esta práctica alcanza una mayor difusión en los Países Andinos: 12 bancos de esa región trabajan en la base de la pirámide, contra apenas ocho de México y Caribe, y 10 del Cono Sur.
Poco a poco, los bancos están empezando a ver un negocio con la base de la pirámide, tradicionalmente atendida por las entidades microfinancieras. Hoy, crean estrategias y proyectos de bancarización para atender a esta población , cuenta Sacristán. Y agrega: Algunos bancos están usando la tecnología móvil y los agentes no bancarios (instalando pequeños dispositivos y cajeros automáticos en tiendas de abastos y farmacias) para llegar a esta población o a zonas rurales.
Transparencia en alza
Las prácticas vinculadas al gobierno corporativo constituyeron la tercera pata de este estudio, realizado entre 55 bancos. Y es en esta área donde muchas de las entidades mostraron un mayor desarrollo y estándares más altos, en línea con el cumplimiento de muchas regulaciones y exigencias legales. El 98% de los bancos encuestados cuenta con una política sobre blanqueo de capitales y el 93% sobre soborno y corrupción.
Además, el 65% publica informes anuales de RSE o sustentabilidad, una práctica que tiene un desarrollo parejo en las tres regiones. En este caso, los indicadores del Global Reporting Iniciative (GRI) llevan las de ganar, tal como sucede en otras industrias: alcanza al 44% de los casos.
Sin embargo, la industria financiera regional parece estar detrás de los estándares globales. Mientras los grandes bancos internacionales están empezando a hacer reportes integrados (con información financiera y de sostenibilidad), en Latinoamérica Caribe muchas entidades aún están intentando hacer su primer reporte y, en muchos casos, no se hace siguiendo un estandard internacional como el GRI , reconoce Sacristán, quien añade que el Grupo BBVA es el único banco regional que ha hecho un reporte integrado, en el que incluye a sus nueve filiales de la región.
La encuesta también tomó la temperatura de otro fenómeno en ascenso: los departamentos de RSE. De acuerdo al sondeo del BID, el 62% de los bancos cuenta con esta estructura. Y tal como sucede en la Argentina, en el 41% de los casos el área depende de Comunicación Corporativa/Marketing/Relaciones Públicas, mientras que otro 38% está bajo el ala de la Dirección General. La mayoría de los departamentos de RSE/Sostenibilidad dependen del área de Comunicación, lo que sin duda muestra que todavía es algo muy unido a la imagen de marca, las relaciones públicas y la reputación , reconoce la experta.
Se investigó asimismo sobre otro tema clave: la existencia de un comité de RSE dentro del Consejo de Administración. Apenas más de la mitad de los bancos encuestados (55%) cuenta hoy con este órgano.
Pero la encuesta no terminó ahí.También puso la lupa sobre otra cuestión que ya está dando que hablar: la necesidad de vincular la remuneración variable de los ejecutivos con los objetivos de sustentabilidad (ver contratapa). Tal como evidenció el estudio del BID, está práctica es casi nula. Sólo el 13% de los bancos declaró contar con esta política, que resulta vital para alinear a las organizaciones y a sus ejecutivos con prácticas sociales y ambientales. Consideramos fundamental que un porcentaje de la remuneración de los ejecutivos se asocie a objetivos de sostenibilidad, para que ésta impregne al banco en su conjunto, su forma de operar y hacer negocios , concluyó Sacristán.