La responsabilidad social de las empresas (RSE) está ganando importancia en todo el mundo, y la India no es una excepción. Históricamente, el paternalismo empresarial ha cumplido una función importante en la definición de las expectativas de la comunidad y las prácticas de RSE en ese país. La sociedad civil, los consumidores y otros actores han aumentado su presión sobre las compañías para que estas cumplan con normas sociales y ambientales, y este nuevo entorno "regulatorio civil" ha repercutido en el sector empresarial de la India.
Naciones Unidas publicó un documento donde se analiza la conducta social y ambiental del sector empresarial de la India, tanto en el pasado como en el presente, en un esfuerzo por comprender mejor las verdaderas repercusiones de la RSE. El ensayo se divide en cinco grandes secciones, en la primera de las cuales se ubican los temas en su debido contexto. En la sección 2 se abordan los aspectos históricos de la relación entre el sector empresarial y la sociedad en la India, desde mediados del siglo XIX hasta el presente, y se señalan los actores y los factores que han influenciado el discurso de la RSE. En la sección 3 se presenta la situación actual de la RSE en la India; se detallan las percepciones que se tienen del tema y las iniciativas que han tomado ciertas compañías, industrias, asociaciones industriales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y sindicatos en este ámbito. Se incluye en esta sección un análisis sobre ciertos códigos de conducta en materia laboral y ambiental. En la sección 4 se abordan los factores que han propulsado el tema de la responsabilidad social y ambiental de las empresas en la India, a partir de un estudio de caso en el sector del vestido. Se analizan igualmente las iniciativas voluntarias a la luz de los macro cambios que han acusado la economía y la sociedad indias desde principios de los años 90; se examinan en particular las características del mercado laboral y el impacto de las normas laborales, ambientales y otras regulaciones sobre las empresas y la sociedad. Esta sección documenta además las prácticas de gestión empresarial y de gobierno corporativo. La última sección contiene un breve análisis de temas que van más allá del voluntarismo y el activismo judicial.
La filantropía ha sido importante en la India desde mediados del siglo XIX, debido en gran medida a un sólido legado de influencia comunitaria y paternalismo entre comerciantes convertidos en empresarios. Al mismo tiempo, el marco más amplio de gobernanza económica que el Estado puso en práctica incidió ocasionalmente sobre las prácticas empresariales ante la fuerza laboral y la sociedad. La agenda de políticas socialísticas del gobierno indio, cuyo objetivo era una distribución más equitativa de los recursos, restringió la concentración de la riqueza en manos de unos pocos industriales, por medio de estrategias de sustitución de importaciones, control de divisas, reserva para y protección de la pequeña empresa, licencias industriales y un sistema de cuotas para las materias primas y la producción. Estas medidas repercutieron en las prácticas empresariales de la época. Sin embargo, el sector empresarial se mostró con frecuencia renuente a regirse por estos principios. En consecuencia, disminuyó el interés en la filantropía empresarial, lo que llevó a un aumento de las conductas de malpraxis y a la comisión de actos que garantizasen la supervivencia y los beneficios. Todo esto se vio facilitado por actos de corrupción en las burocracias de los gobiernos estatales y nacionales. Pero algunos empresarios visionarios practicaron y abogaron en favor de una conducta empresarial ética y responsable, por lo que las cuestiones relativas a la responsabilidad social de las empresas y la participación de las partes interesadas se debatieron en la India desde principios de los años 60. De hecho, existen pruebas sobre empresas que excedieron los niveles de cumplimiento y establecieron estándares de mejores prácticas en materia de relaciones laborales y desarrollo comunitario incluso antes de la independencia de la India en 1947. Algunas de estas mejores prácticas se utilizarían posteriormente como base para redactar leyes sobre la materia después de haber lograda la independencia.
A pesar de que existen sindicatos, el movimiento sindicalista no fue particularmente eficaz en la defensa de los derechos de los trabajadores más allá de aquellos relativos al salario, por lo que no pudo contribuir en mayor medida al debate más general sobre la responsabilidad de las empresas. Hasta cierto punto, esta carencia se vio compensada con el surgimiento de otros actores de la sociedad civil, como las ONG y las organizaciones comunitarias, en los años 70. Sin embargo, las políticas gubernamentales limitaron en un principio el activismo de las ONG a la función de prestadores de servicios. Fue apenas en los años 90, cuando el papel de estas organizaciones se amplió, que las ONG comenzaron a tener una mayor repercusión. No obstante, las ONG tendieron más a influenciar las políticas del Estado que a confrontar directamente al sector empresarial. Además, los casos de boicot por parte de los consumidores, tan populares en las economías occidentales, han sido escasos en el contexto indio.
La respuesta a las presiones en favor de la responsabilidad de las empresas en la India se ha dado fundamentalmente en el sector de las exportaciones y en contextos donde la empresa forma parte de una cadena mundial de suministros. El importante tema de los trabajadores domésticos quedó por mucho tiempo fuera de los instrumentos internacionales, lo que aunado a la falta tanto de voluntad como de capacidad de seguimiento, brindó a las empresas la posibilidad de explotar a los grupos de trabajadores más vulnerables. Los fabricantes que atendían los mercados locales no experimentaron las mismas demandas y presiones para que adoptaran prácticas de responsabilidad social y ambiental. Por lo tanto, los sistemas locales de certificación y etiquetado no lograron atraer la atención de las empresas locales.
Desde mediados de los años 90, las empresas, asociaciones industriales, ONG y el gobierno han practicado y debatido el tema de la RSE en la India. Sin embargo, sigue habiendo espacio para progresar en este sentido. La RSE no se ha institucionalizado como parte de la práctica empresarial; se maneja más bien como un "bien social" que se deja a discreción de los gerentes generales o la dirección superior. Los planes de las empresas no abordan aún el tema de la RSE como un derecho laboral. El cuidado de los empleados queda con frecuencia a merced de la benevolencia del empleador. Y mientras que el cuidado del medio ambiente y la gestión de calidad total han recibido el impulso de la competencia internacional y la legislación en la India, el cumplimiento y la observancia no han gozado de tal respaldo.
La naturaleza de las acciones empresariales y las regulaciones favorables al mercado en la India parecería indicar que el aumento de la participación del sector privado en los asuntos sociales y ambientales requerirá de una mayor, y no menor, vigilancia de parte del gobierno. Más importante aún, necesitaremos más, y no menos, democracia para crear el espacio requerido para que diversos actores puedan operar y ofrecer apoyo y resistencia, según sea el caso. El gobierno deberá someterse a un proceso de reingeniería con miras a fortalecer su función de regulación y supervisión. En otras palabras, deberá contar con un poder de compensación fuera del nexo gobierno-industria. Esto requiere derechos democráticos e instituciones que puedan defender o abogar por tales derechos, desde tribunales hasta instituciones de la sociedad civil. El desafío, por lo tanto, reside en continuar construyendo un conjunto de instituciones civiles con la vitalidad y capacidad para hacer llegar a la comunidad empresarial y sus mercados señales de éxito que orienten a las compañías hacia los "bienes" sociales y ambientales y las alejen de los "males".