jueves, junio 22, 2006

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL COMO PRINCIPIO FUNDAMENTAL PARA LAS EMPRESAS

 

 

RRE ….RESPSOEM   : GOROSTIAGA AFIRMA QUE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL ES UN PRINCIPIO 'FUNDAMENTAL' PARA EL DESARROLLO DE LAS EMPRESAS

La Vicepresidenta ha inaugurado el curso de la UIMP 'Responsabilidad Social de las Empresas: teoría y experiencias en Latinoamérica', organizado por la 'Fundación Carolina'

 

La Vicepresidenta y consejera de Relaciones Institucionales y Asuntos Europeos, Dolores Gorostiaga, ha inaugurado esta mañana el curso 'Responsabilidad Social de las Empresas (RSE): teoría y experiencias en Latinoamérica', organizado por la 'Fundación Carolina', que se está desarrollando en las instalaciones utilizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el Palacio de La Magdalena, con motivo de los cursos de verano.

 

Durante el acto ha estado acompañada por el secretario general de Empleo del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Valeriano Gómez, y por la directora de la 'Fundación Carolina', Rosa Conde Gutiérrez. Además, el director general de Asuntos Europeos y Cooperación al Desarrollo, José Félix García Calleja, ha intervenido con la ponencia 'La responsabilidad social en la Unión Europea'.

 

NUEVAS EXPECTATIVAS

Por su parte, Dolores Gorostiaga ha señalado que a pesar de que la responsabilidad social en las empresas no es algo nuevo, como por ejemplo en Iberoamérica, donde se viene empleando desde el pasado siglo XX, pero haciendo referencia a una relación empresa-sociedad, dicho término "ha avanzado tanto como lo ha hecho nuestra sociedad", siendo un principio "fundamental" para el desarrollo de las empresas.

 

La Vicepresidenta también ha establecido una primera distinción entre los verdaderos empresarios y los negociantes, "estos últimos se mueven por el inmediato afán de lucro, cada vez más escasos y con una trayectoria empresarial efímera", por lo que la responsabilidad social "es uno de los principios rectores de la nueva cultura de empresa", apoyándose en otros como la intuición, la ética, la innovación o la formación continua, valores que "se engarzan dentro del marco de la globalización, para una mayor transparencia informativa".

 

Muchas empresas multinacionales disponen de grupos internos de control con mucha movilidad, con el objetivo de evitar determinados abusos. En este sentido, la ciudadanía del siglo XXI tiene "nuevas expectativas" en lo que a empresas se refiere. "Se han incrementado las exigencias para que los distintos grupos desempeñen correctamente sus actuaciones, proporcionando un nuevo valor a la marca, y a la reputación de la empresa", ha destacado.

 

Además, Dolores Gorostiaga ha afirmado que este nuevo posicionamiento que se deja aun sentir con desigual fuerza en según qué países, "ha contribuido a que la responsabilidad social de las empresas se desarrolle cada vez más, adoptando sus creadores códigos y estándares de comportamiento responsable". En este sentido, ha insistido en la necesidad de "unión" entre los empresarios, para que continúen generándose mercados emergentes, aún cuando la responsabilidad social es todavía "una cuestión secundaria".

 

LA UE EN EL MARCO EMPRESARIAL

La Vicepresidenta ha explicado que la Unión Europea se implica "plenamente" en las prácticas sociales, y contribuye "positivamente" al objetivo establecido en la Estrategia de Lisboa, que no es otro que "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer de mantera sostenible con más y mejores empleos, y con una mayor cohesión social".

 

En julio del año 2001 la Comisión de las Comunidades Europeas presentó el Libro Verde para fomentar un marco europeo que incentive la responsabilidad social de las empresas; además, tiene por objetivo "aprovechar al máximo las experiencias en esta materia, y desarrollar prácticas innovadoras para aumentar la transparencia, la fiabilidad y la validación de las mismas", ha indicado Gorostiaga.

 

Por su parte, Valeriano Gómez ha explicado que la Unión Europea debe velar por la protección de los agentes implicados en el proceso empresarial, fundamentalmente "los trabajadores y empresarios", afirmando que "sin diálogo ni negociación no sería posible el desarrollo".

 

EL SEMINARIO

Durante sus tres días de duración se disertará sobre el intercambio de experiencias en el terreno de la Responsabilidad Social entre América Latina y España, así como del fomento y la transparencia informativa en asuntos de RSE por parte de las empresas en sus actividades en Latinoamérica, para divulgar las mejores prácticas en dicho ámbito.

 

Tal y como ha informado Rosa Conde, la Fundación Carolina, intermediario privilegiado entre el sector público y el privado, la administración pública y las empresas de su patronato, "han querido colaborar y facilitar el intercambio de conocimientos y prácticas de la RSE sobre todo en el ámbito latinoamericano".

 

Principalmente, el curso está dirigido al ámbito empresarial - tanto a la gran empresa, como a las PYMES - y al ámbito académico, especialmente a los alumnos que se encuentren en los últimos cursos de carrera de las disciplinas de Económicas, Empresariales y Jurídicas, en las que "la transversalidad de la RSE será requerida en el campo profesional", siendo también procedente para los alumnos de doctorado que se hayan orientado hacia esa especialidad, y en general a todos los interesados en obtener una formación complementaria, especializada, de alto nivel y actualizada en esta materia.

RESPSOEM: esta de moda la responsabilidada social empresarial

 

 

Etica y competencia

 

 

 

Alejandro Ferreiro*

(*) Abogado de la Universidad de Chile Master of Arts, Universidad de Notre Dame. Ex superintendente de Isapres, de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Valores y Seguros. Profesor Investigador de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez. Integrante del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional.

Extracto del discurso de Alejandro Ferreiro Yazigi, durante la presentación del Libro de Etica Aplicada de  Generación Empresarial.

Hoy está de moda el tema de la responsabilidad y ética empresarial. Ello hace conveniente indagar acerca de la tensión entre el ser y el parecer, entre la realidad y lo que resulta útil proyectar.

Es bueno que la gente castigue las faltas a la ética, pero es mucho mejor que lo haga sólo cuando procede, sin incurrir en ajusticiamientos injustos.

Es positivo premiar al que se comporta con excelencia en el plano de la responsabilidad social, pero sería mucho mejor si ese premio recayera en lo genuino y profundo, y no tanto en lo que se publicita precisamente para obtener ese efecto

Un dilema asociado al aparente premio de mercado que hoy tiene la conducta ética se refiere a los riesgos de fundar en las ventajas reputacionales el alegato a favor de las conductas éticas y su visibilidad.

En efecto, el dilema ético surge cuando lo correcto parece colisionar con lo que me conviene. La corriente moderna de la responsabilidad social empresarial y el despertar de la conciencia de los consumidores parecen decirnos que esa colisión pareciera no existir, sino que, por el contrario, lo que me conviene es actuar éticamente y que se sepa. Ello es bueno y paga.

Entonces, si se promueve lo correcto en cuanto circunstancialmente conviene, ¿qué cabe esperar cuando, en otros tiempos, y como tantas otras veces en el pasado, lo que “convenga” ya no parezca correcto? ¿Qué habrá de prevalecer entonces, cuando eventualmente se bifurquen los caminos de lo conveniente y de lo éticamente exigible?

Sigue vigente, y como siempre, la necesidad de fundar lo ético en forma autónoma y no en razón de una lógica utilitarista circunstancial. Lo ético se define en cuanto promueve el bien común, la justicia o el amor al prójimo. Si ello coincide con mi interés propio o empresarial, en buena hora.

Dicho de otro modo, ¿se fortalece o debilita la ética empresarial cuando se la promueve como factor de competitividad? ¿No se estarán debilitando los fundamentos éticos de la conducta cuando se la defiende en función de criterios de conveniencia? Es cierto, una conducta empresarial edificada sobre la ética y la conveniencia debiese arraigar e institucionalizarse. Bien por la empresa, los consumidores y la sociedad.

Mi pregunta apunta a qué ocurrirá cuando aquello deje de ser conveniente. ¿Bastará la ética para sustentarlo si nuestros argumentos surgieron del campo de lo utilitario?