viernes, junio 15, 2018

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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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La recuperación de los ríos en zonas urbanas: una tendencia imparable

La recuperación de los ríos en zonas urbanas: una tendencia imparable


ADECAGUA
  • recuperación ríos zonas urbanas: tendencia imparable
    El caso del Río Manzanares a su paso por Madrid será uno de los expuestos en la jornada

    Sobre la Entidad

    ADECAGUA
    Asociación para la defensa de la Calidad de las Aguas

    Hasta hace no muchos años, la sociedad escondía, o ignoraba, sus ríos en las áreas urbanas. Se cubrían o se canalizaban con feos muros de hormigón. Las zonas cercanas al rio eran frecuentemente ocupadas por los estamentos más bajos de la sociedad con prácticas marginales o por usos poco compatibles con los valores de un río: barracas, industrias, actividades degradas, etc. Una de las razones principales de ese trato que se daba a estos tramos de ríos era la contaminación de sus aguas y los elementos asociados a este hecho, como malos olores, ratas, etc. Estas áreas se convirtieron en un espacio degradado y abandonado al que nadie quería acercarse más allá de pretender llevar a cabo las actividades antes mencionadas.

    Existe una importante tendencia para recuperar las riberas de los ríos urbanos

    A medida que las aguas de los ríos fueron recuperando un cierto nivel de calidad, empezaron a desaparecer los problemas y la sociedad española redescubrió que los ríos son una parte fundamental del medio ambiente y que tienen un gran valor para la población, transformándose en una parte sustancial del entorno del que podemos y debemos disfrutar. El urbanismo ha vuelto a contar con los ríos, y las zonas más cercanas incrementan su valor social progresivamente.

    Actualmente existe una importante tendencia para recuperar las riberas y ponerlas a disposición de los ciudadanos, construyendo caminos fluviales que permiten disfrutar de lo mejor de la naturaleza de manera el máximo de sostenible posible, parques inundables y otras infraestructuras compatibles. Además de estos aspectos paisajísticos y urbanísticos las riberas tienen un enorme valor como elemento básico de la calidad de las aguas, dada la evolución del propio concepto de calidad de las aguas al más completo de estado ecológico de las masas de agua, y en este caso, de los ríos.

    Todos estos temas y otros relacionados se abordarán en una Jornada promovida por ADECAGUA y el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña el próximo 26 de septiembre en la sede del Colegio. El objetivo es analizar la evolución de este apasionante elemento de nuestro patrimonio ambiental y social, y como debemos tratarlo para que cada día sea mejor y aporte su valor a la ciudadanía. La jornada se realiza en colaboración con el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), el Ministerio para la Transición Ecológica, la Agencia Catalana del Agua, el Área Metropolitana de Barcelona, el Consorci Besos Tordera, la Universidad Politécnica de Catalunya y la Fundación Fomento y Gestión del Agua.

    https://www.iagua.es/noticias/adecagua/recuperacion-rios-zonas-urbanas-tendencia-imparable?utm_source=iAgua+Actualidad&utm_campaign=81cdf6c6fc-Diario_15062018&utm_medium=email&utm_term=0_8ff5bc1576-81cdf6c6fc-304811345


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    El deshielo de la Antártida crece a un ritmo vertiginoso

    CAMBIO CLIMÁTICO

    El deshielo de la Antártida crece a un ritmo vertiginoso

    15/6/2018 (78 veces leída)

    INTERNACIONAL


    elpais.com / IRENE MOLLÁ


    redaccion@ambientum.com


    El continente ha perdido tres billones de toneladas de hielo desde el año 1992, según alerta un estudio de medio centenar de organizaciones científicas internacionales

    Medio centenar de organizaciones científicas internacionales unen sus fuerzas para producir la imagen más completa de la historia acerca de la evolución del hielo en la Antártida. El resultado revela la pérdida de tres billones de toneladas de hielo desde el año 1992, que se corresponde con un aumento del nivel del mar de 8 milímetros. El ritmo del deshielo se ha triplicado desde entonces, un dato alarmante si se contempla que este polo almacena suficiente agua congelada como para elevar el nivel del mar hasta 58 metros de altura, según una serie de estudios que se publicó hace dos días en la revista Nature.

    El continente más frío del planeta ha pasado de perder una media de 76.000 millones de toneladas anuales hasta el año 2012 a ver cómo desaparecen 219.000 millones durante los últimos seis años. "La Antártida no se va a derretir de un día para otro", recalca Gorka Moyano, ingeniero de programas informáticos de IsardSAT, una compañía de observación del planeta vía satélite, implicado en la investigación. El hallazgo preocupante es, según añade el experto, la elevada aceleración del deshielo, que, "en un plazo de tiempo muy largo, terminaría con las costas del planeta", entre otras consecuencias que podrían afectar a la estabilidad de la Tierra.

    Con una superficie de 14 millones de kilómetros cuadrados, la Antártida se erige como el continente más frío y seco del planeta. Lo compone una amalgama de accidentes geográficos, como archipiélagos, antiguos volcanes activos, o como las montañas transantárticas, que dividen la Antártida en dos mitades: su parte este y su parte oeste. Esta última culmina con la península antártica, y las tres piezas responden de forma distinta al cambio climático.

    "La altura de la Antártida este, que en ciertos puntos montañosos alcanza los 4.000 metros, la convierte en una zona más fría", explica Alba Martín, experta en el estudio de las contribuciones del continente al aumento del nivel del mar. Esto se lo pone más difícil al deshielo, mientras que las corrientes oceánicas más calientes desembocan en el oeste del continente, provocando que la península antártica y la parte occidental se derritan más rápido. "Además, la geometría subglacial sugiere la presencia de grandes pendientes en la zona oeste del continente, de modo que las placas resbalan con mayor facilidad hasta alcanzar el océano", añade Martín, ex investigadora de la Universidad de Bristol. Aunque las grandes nevadas han contribuido hasta ahora a mantener la estabilidad de la zona oriental, los científicos prevén que este factor meteorológico pronto dejará de compensar el deshielo si el cambio climático continúa avanzando.

    El estudio, liderado por el profesor Andrew Shepherd, de la Universidad de Leeds, destaca que, si no se consigue frenar el ritmo del deshielo, las consecuencias superarán las fronteras del polo sur y afectarán al resto del planeta. De hecho, desde 2010, el impacto de la inestabilidad de la Antártida occidental sobre el resto de la Tierra es irreversible. Esto significa que, en el mejor de los casos, el aumento del nivel medio global del mar no superará el medio metro de altura. Además, la investigación prevé un fuerte impacto sobre actividades humanas tan vitales como la minería y la pesca.

    Para frenar las consecuencias irreversibles, según los expertos implicados, será vital en los próximos diez años la toma de decisiones destinadas a preservar la Antártida. Sin ellas, el escenario de futuro se presenta como una certeza abrumadora: Además del aumento del nivel del mar, los científicos que han realizado esta investigación aseguran que en el año 2070 las plagas invasoras y la acidificación de los océanos habrán alterado gravemente los ecosistemas marinos; el refrescamiento de la superficie del océano antártico habrá alterado las corrientes oceánicas; la temperatura media del aire global habrá aumentado cinco grados centígrados respecto a los niveles de 1850 y, la del océano, dos grados, reduciendo su capacidad de absorción de CO2 y acelerando el calentamiento global.

    "Creo que, en la sociedad, crece la concienciación para reciclar más y consumir menos", reconoce Gorka Moyano. La amenaza del deshielo, sin embargo, "requiere un cambio mucho mayor en todos los aspectos de la sociedad industrial", sostiene el investigador: "Es un problema global que exige un cambio radical a nivel institucional".

    Fuente: elpais.com / IRENE MOLLÁ


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