RSC-Expertas alertan de que no existe una herramienta eficaz para empresas que mida las exigencias de cada 'stakeholder'
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Tanto los 'stakeholders' como la organización son altamente susceptibles a las acciones del otro y pueden influirse mutuamente
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
A la hora de poner en práctica programas de RSC las empresas "se enfrentan a decisiones sobre la asignación de recursos, la prioridad de apoyar ciertos proyectos en detrimento de otros, y la necesidad de armonizar los intereses de sus diversos 'stakeholders' que hace que, con frecuencia, se eche de menos una herramienta eficaz que facilite un análisis ponderado de las exigencias de cada uno de sus grupos de interés".
Esta es la opinión de Patricia Debeljuh, experta de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y Elisabet Garriga, de la Escuela de Negocios IESE, 'Columnistas invitadas' este mes en el Boletín del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial (IARSE).
En efecto, dicen, durante los últimos años el estudio de la RSE ha estado focalizado en la teoría de los 'stakeholders' como un medio de explicar y predecir la manera de comportarse de una organización de cara a su entorno. Hasta ahora, esas investigaciones mostraron la relación de todos y cada uno de los 'stakeholders' con la organización, haciendo muchas veces referencia a la influencia que cada uno ejerce sobre la organización y los conflictos que pueden suscitarse entre las exigencias de cada uno.
Sin embargo, una vez 'instalado' el tema de la RSE, es preciso dar "un paso más" y definir las respuestas que la empresa puede dar a cada uno de sus grupos de interés. Para ello, opinan, "es preciso analizar las relaciones recíprocas entre ellos y los vínculos que se van generando a través de las diversas alianzas".
Para esto, ambas expertas proponen analizar el concepto de redes sociales y aplicarlo a diferentes programas de Inversión Social para medir el impacto que tienen sobre el comportamiento de las organizaciones y la sociedad en general.
El análisis de redes sociales se presenta así como un nuevo paradigma en las ciencias sociales y ha sido aplicado a algunas áreas del 'management' como la innovación y las alianzas estratégicas. También es utilizado en la política para medir la red de organizaciones y partidos políticos, o en informática para evaluar el número de contactos en la red.
Aplicado al campo de la responsabilidad social, permite evaluar no sólo los alcances de los proyectos de inversión social sino también proporcionar a las empresas herramientas prácticas, ya que permite graficar las relaciones de la empresa con los diferentes grupos de interés o públicos (clientes, empleados, comunidad local, ONG, etc) y posibilita la "inspiración" de ciertas normas de actuación a partir de la información recogida en dicho proceso.
'FORMALIZAR' RELACIONES
En efecto, continúa el artículo, "el entramado de relaciones entre los 'stakeholders' puede verse como una red o un conjunto de redes que se superponen y cuyas dependencias pueden formalizarse". La posición de los actores en esa red de relaciones "es un elemento central para pensar las oportunidades que los mismos tienen de recibir o de transmitir conocimientos, valores y acciones, al resto de los actores del sistema".
"Es evidente que las empresas no responden a cada 'stakeholder' por separado, sino que responden a la interacción de influencias múltiples provenientes del conjunto de ellos", agregan. Por consiguiente, para poder explicar la manera en la que las organizaciones responden a sus 'stakeholders', "se requiere un análisis de la compleja gama de relaciones múltiples e interdependientes existentes en el ambiente externo", dicen.
Así, la 'clave' es la interacción entre ambas partes, porque los 'stakeholders' y la organización pueden impactarse mutuamente: los primeros pueden coordinar sus esfuerzos para monitorear y castigar a la organización y, a su vez, la organización puede influir en la formación de expectativas. Como resultado, tanto los 'stakeholders' como la organización son altamente susceptibles a las acciones del otro y pueden influirse mutuamente.
Ambas expertas se refieren también en todo este proceso, al análisis de redes, y a las estructuras relacionales que surgen cuando diferentes organizaciones o individuos interaccionan, se comunican, coinciden, colaboran, etc: la estructura que emerge de la interrelación se traduce en la existencia de una red social. Las redes sociales son, por tanto, conjuntos de relaciones sociales o interpersonales que ligan individuos u organizaciones en grupos.
Precisamente, las redes sociales crean y limitan las oportunidades para la elección individual y de las organizaciones; al mismo tiempo, los individuos y organizaciones inician, construyen, mantienen y rompen las relaciones y --a través de estas acciones-- determinan y transforman la estructura global de la red hasta el punto que se puede afirmar que es la interacción, intercambio y colaboración entre los actores "la que hace posible la multiplicación del impacto de los programas de responsabilidad social empresarial", concluyen ambas.