A raíz del caso Farmacias y de las clases de ética que deberán hacer los empresarios acusados, la Presidenta Ejecutiva de PROhumana,Soledad Teixidó, ha querido marcar la posición de PROhumana sobre este asunto, mediante una posición crítica y radical desde la perspectiva de la RSE y de la ética. La columna ha sido publicada hoy por El Mostrador. Aquí se las reproducimos.
Inaceptable lo que ha ocurrido con los ejecutivos imputados de las farmacias coludidas. Argumentos van y vienen, y por sobre todo aquel que justifica lo que nos limita para procurar de sentencias a estos caballeros, no permitiendo así que los ciudadanos puedan confiar en que se han puestos limites que resguarden la convivencia y comportamiento en pos del bien común y de la dignidad de las personas en nuestro país.
Menciono dignidad de las personas, porque coludirse para rentabilizar, ser más competitivos, y en el fondo rentables, con los medicamentos que permiten a una persona gozar de salud, es atentar contra la dignidad de la persona, es decir, a los derechos humanos a los cuales todos aspiramos que sean respetados, y por sobre todo cuidados y defendidos por nuestros Tribunales de Justicia.
Me pregunto cuántos saben que estas mismas Farmacias en el año 1995 fueron multadas por lo mismo, colusión, claro que en esta ocasión Cruz Verde pagó la mitad de la multa porque confesó. Pasaron los años y nuevamente se destapa una situación parecida en el 2008, donde la que confiesa es Farmacias Ahumadas y se le conceden rebajas en relación a las otras. Está claro que el ADN de estas empresas tiene mutaciones pocos deseables, son empresas enfermas, y una de sus enfermedades es la colusión.
Y se suma a lo ya descrito el observar con estupor la "salida alternativa" aceptada por los tribunales a este hecho. Lo ocurrido me hace concluir que el problema es profundo, muy profundo. Por supuesto, no se soluciona con donaciones a ONG´s, aún más si este dinero lo miramos desde la trazabilidad ética, es dinero corrupto, ganado por los sancionados de manera oscura y abusiva. Si yo fuera una de esas ONG´s no lo aceptaría, para así honrar la ética de sus instituciones y el buen sentido del acto de donar. Por lo tanto, no puede ser una sanción el donar a instituciones para el bien común, esto es una contradicción ética.
Aún menos se soluciona, con un curso de 30 horas de ética, ya que el modo de actuar de un individuo no moral o desmesurado, no se modifica con 30 horas de instrucción universitaria. Ser ético responde a un modo de respetar y actuar en pos del bien común. La mesura o decencia ética no se compra ni se paga, es un saber vivir que se desarrolla, cultiva y nutre a lo largo de la vida, y por cierto se honra y lleva con honor.
Soluciones a lo ocurrido, se requieren muchas, entre ellas, mejorar el modo en que se puede sancionar a quien actúa como lo han hecho este grupo de empleados a sueldo, porque eso son, ejecutivos pagados para obrar de manera abusiva.
Por lo tanto, una de las posibles soluciones no está en estos caballeros sin decencia o porque no decirlo desmesurados, está en que los dueños o directores de estas empresas que optan por tener ejecutivos de esta calaña, decidan con convicción que la "ética empresarial" es un "activo de valor" que debe ser el eje de la gestión empresarial de sus organizaciones, y serán ellos quienes primero expelerán de manera drástica de sus instituciones a este tipo de personas carentes de una ética empresarial a ser valorada y respetada por la ciudadanía y nuestros Tribunales de Justicia.
No cabe duda que este es un cambio profundo y de largo aliento, pero si esta decisión se toma otra será tal vez la situación de estas empresas enfermas. Tengo esperanzas aún, de que ésta sea una posibilidad de reencantarnos con el obrar empresarial de este sector de nuestro país. Quedo a la espera entonces de que algunos de estos dueños o directores tomen decisiones radicales de cambio en la administración de sus negocios ligados con estas empresas. En conclusión, es necesario y urgente este giro altruista de parte de estos líderes empresariales, ya que la buena salud de las personas es la base de nuestra posibilidad de existir, y un país requiere de ciudadanos sanos que puedan seguir viviendo, y de empresas sanas que puedan seguir existiendo y sean respetadas por todos nosotros.