Entre los compromisos que se verán afectados por el Brexit, se encuentra el objetivo marcado por la UE para 2030 para reducir un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar un 27% la eficiencia energética y alcanzar un 27% de cuota de energías renovables. Este compromiso se definió teniendo en cuenta a Reino Unido, que aunque se encuentra por detrás de la media europea en la reducción de gases contaminantes, sí que está experimentando una gran mejora en la cuota de energías renovables, por lo que su salida de la UE altera las previsiones con las que se fijaron estos objetivos.
La Unión Europea tiene ahora dos opciones: reducir sus objetivos o pedir a los demás Estados miembros un esfuerzo extra para compensar la pérdida de la aportación de Reino Unido. Para lograr la reducción del 40% en las emisiones de gases de efecto invernadero, los miembros de la UE deberán aportar un 7,6% adicional. Puede parecer una tarea fácil si se divide entre 27 Estados, pero no lo es. Es más, la salida de Reino Unido llevará a una redistribución de los derechos de voto en el Parlamento Europeo, dando más poder a los países escépticos respecto al cambio climático, en particular el bloque de Europa del Este.
Ahora Reino Unido tiene la oportunidad de reforzar su compromiso en la lucha contra el cambio climático. Recordemos que en 2008 este país se adhirió al Acta del Cambio Climático, que sigue en vigor y tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% para 2050. Asimismo, ha logrado unos resultados impresionantes en la mejora de la eficiencia energética. Entre 1990 y 2014, el consumo de energía del país cayó un 10%, mientras su PIB aumentó un 65%. En comparación, los 28 Estados miembros de la UE han reducido su consumo energético un 4% de media en el mismo periodo, mientras el PIB creció un 49%.
Las numerosas incertidumbres en torno al Brexit también generan muchos interrogantes sobre el Acuerdo de París contra el cambio climático, considerado un logro histórico. Aunque Reino Unido puede suscribir el acuerdo de manera individual, como cualquier otro país, el riesgo principal en el corto plazo es un retraso en la ratificación de este compromiso por parte de la UE. De esta manera, el Brexit pone en peligro el objetivo de alcanzar un mínimo de 55 firmantes que representen el 55% de las emisiones, condición imprescindible para que el acuerdo pueda entrar en vigor. Aunque el clima no es una prioridad en el proceso de salida de la UE, el cambio climático sigue siendo un reto hoy en día y requiere una respuesta global, ambiciosa y rápida.
Ophélie Mortier, Responsible Investment Coordinator de Degroof Petercam AM
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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