jueves, junio 22, 2006

RESPSOEM: esta de moda la responsabilidada social empresarial

 

 

Etica y competencia

 

 

 

Alejandro Ferreiro*

(*) Abogado de la Universidad de Chile Master of Arts, Universidad de Notre Dame. Ex superintendente de Isapres, de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Valores y Seguros. Profesor Investigador de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez. Integrante del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional.

Extracto del discurso de Alejandro Ferreiro Yazigi, durante la presentación del Libro de Etica Aplicada de  Generación Empresarial.

Hoy está de moda el tema de la responsabilidad y ética empresarial. Ello hace conveniente indagar acerca de la tensión entre el ser y el parecer, entre la realidad y lo que resulta útil proyectar.

Es bueno que la gente castigue las faltas a la ética, pero es mucho mejor que lo haga sólo cuando procede, sin incurrir en ajusticiamientos injustos.

Es positivo premiar al que se comporta con excelencia en el plano de la responsabilidad social, pero sería mucho mejor si ese premio recayera en lo genuino y profundo, y no tanto en lo que se publicita precisamente para obtener ese efecto

Un dilema asociado al aparente premio de mercado que hoy tiene la conducta ética se refiere a los riesgos de fundar en las ventajas reputacionales el alegato a favor de las conductas éticas y su visibilidad.

En efecto, el dilema ético surge cuando lo correcto parece colisionar con lo que me conviene. La corriente moderna de la responsabilidad social empresarial y el despertar de la conciencia de los consumidores parecen decirnos que esa colisión pareciera no existir, sino que, por el contrario, lo que me conviene es actuar éticamente y que se sepa. Ello es bueno y paga.

Entonces, si se promueve lo correcto en cuanto circunstancialmente conviene, ¿qué cabe esperar cuando, en otros tiempos, y como tantas otras veces en el pasado, lo que “convenga” ya no parezca correcto? ¿Qué habrá de prevalecer entonces, cuando eventualmente se bifurquen los caminos de lo conveniente y de lo éticamente exigible?

Sigue vigente, y como siempre, la necesidad de fundar lo ético en forma autónoma y no en razón de una lógica utilitarista circunstancial. Lo ético se define en cuanto promueve el bien común, la justicia o el amor al prójimo. Si ello coincide con mi interés propio o empresarial, en buena hora.

Dicho de otro modo, ¿se fortalece o debilita la ética empresarial cuando se la promueve como factor de competitividad? ¿No se estarán debilitando los fundamentos éticos de la conducta cuando se la defiende en función de criterios de conveniencia? Es cierto, una conducta empresarial edificada sobre la ética y la conveniencia debiese arraigar e institucionalizarse. Bien por la empresa, los consumidores y la sociedad.

Mi pregunta apunta a qué ocurrirá cuando aquello deje de ser conveniente. ¿Bastará la ética para sustentarlo si nuestros argumentos surgieron del campo de lo utilitario?

 

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